Siempre me he preguntado porque dos personas que piensan de forma distinta en lo político, siempre o casi siempre terminan siendo enemigos y no simples rivales en su forma de pensar y entender la sociedad.¿Quien envenena nuestras cabecitas ?¿Por que nos dejamos envenenar? Curiosamente este hecho se produce mas entre los ciudadanos de a pie, que entre los propios profesionales de la política, donde los vemos discutir acaloradamente e incluso, finamente rayar el insulto, pero.... dicho lo dicho, se acabo todo y vamos a cenar que paga el Estado o lo que es lo mismo el pueblo.
A diario vemos como discrepamos con nuestros hijos, esposas, padres y en ocasiones de forma acalorada, pero todo queda en simple enfado que va diluyéndose como azúcar en el agua. Todo funciona así, hasta que la política entra en nuestros temas de conversación y las posiciones se encuentran. Ahí estalló la guerra y nos convertimos en enemigos encarnizados, sin importarnos el grado de amistad o el lazo familiar que nos una. No es una, ni dos, las veces que padres, hijos y hermanos y no digamos amigos, rompen relaciones de afecto y cariño por dicho motivo. Porque no somos mas listos y aprendemos de ellos, de los profesionales. Discutamos de política si nos gusta , podría ser incluso sano para algunas mentes, puesto que les haría ver que hay otras formas de pensar, pero hagámoslo civilizadamente exponiendo nuestras ideas y dejando exponerlas a los demás, juzguemos las formas de gobierno de nuestros políticos locales, pero juzguémoslos en lo político, evitemos las descalificaciones personales, porque si lo hacemos políticamente les censuramos a ellos, si lo hacemos en lo personal por un ámbito político, la censura se extiende en la mayoría de los casos al resto de su familia y creo que no es lo correcto.
He considerado siempre que el respeto es una de las mas esenciales normas de convivencia.
Siempre he hecho mía la frase de Rousseau :
“ Siempre es mas valioso tener el respeto de las personas, que su admiración”
Atentamente Tulio
15 de diciembre de 2007
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2 comentarios:
Extraordinario y acertado comentario Tulio y muy realista, es fiel reflejo de lo que pasa; ahora queda que la mayoría de los que escribimos en este blogs y de los que no escriben lo tengan/mos en cuenta.
Un saludo.
Totalmente de acuerdo contigo, Túlio.
Cuando aprobé mi oposición y ingresé en la administración local, allá por el noventa y cuatro, teníamos una costumbre que refleja exactamente lo que tu aquí expones. Los funcionarios administrativos y los políticos hacíamos anualmente una convivencia en el campo.
Un día entero en que los hombres nos encargábamos de hacer la comida y las damas solo aportaban los dulces. Participaban todos los políticos, de todos los colores y cuadrantes. Y allí se hablaba de todo, menos de política. Esa se trataba en los plenos y en las reuniones de trabajo. Pero nada de mezclar lo personal con lo otro.
Con los años, y los cambios de gobierno, ese día dejó de celebrarse. Lamentablemente. Pero creo que era un ejemplo de la filosofía a que te refieres y de las normas de conducta a que los representantes del poder deberían acogerse.
Espero que Valencia de Alcántara recupere pronto su serenidad, por el bien de todos. Y no es tan difícil que eso ocurra. Respetar los principios democráticos, en política. Y los principios de ciudadanía, en la calle.
Te felicito por tu comentario.
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