Pero, ¿la derecha no ha gobernado nunca?
Lo que más ternura promueve en las posiciones ultra del PP es que pretenden hacer creer que no han gobernado nunca. no es cierto, hasta hace cinco años estuvieron en el poder durante ocho consecutivos. No legislaron para prohibir el aborto, no se les ocurrió reformar el código penal y la Constitución para establecer la cadena perpetua. También hicieron regulación de inmigrantes que entraron en España sin documentación. Y negociaron y dialogaron con ETA, a la que Aznar llamaba Movimiento Vasco de Liberación Nacional.
Hay un cierto grado de cobardía intelectual en las posiciones del PP porque proclaman lo que no estarían dispuestos a legislar en la confianza de que alguien lo ha hecho antes por ellos. Y además, considerando que este país no aguantaría a estas alturas un recorte de libertades.
La esquizofrenia política del PP radica fundamentalmente en la falta de coraje para fijar su electorado. Como en España no existe un partido formalmente de extrema derecha, el PP, con sus movimientos oscilantes y su escora a la derecha, intenta abarcar un electorado desde la derecha más dura hasta el centro político.
Como tal misión es casi imposible, al final vencen los más duros y eso beneficia a quién en el PSOE piensa que si los ciudadanos ante las urnas se ven amenazados por los ultra terminarán por votar socialista por muy grande que sea su descontento con las vacilaciones de Zapatero.
Ahora estamos casi en campaña electoral. Con Javier Arenas de purísima y oro, poniendo cara de ángel y proclamando su dolor por las víctimas recogiendo de la calle un murmullo imperceptible fuera de las sacristías sobre las benevolencias del código penal español. Gritos cruzados: Alicia Sánchez Camacho, con cara demudada como si le acabarán de dar un tirón en el Rolex, gritando: “no cabemos todos”; mientras, Javier Arenas con cara de piedad y de pena, afirmando que no le queda más remedio que verse forzado a hacerse cargo de un eco de la calle, que pide el cumplimiento integro de las condenas.
Todavía falta mucho para las elecciones generales. Pero los motores ya se están preparando: pueden griparse, si se acelera demasiado pronto y no hay suficiente aceite para lubrificar las bielas. Las velas están puestas a Santa Bárbara bendita, para que la recuperación económica no se precipite y de tiempo a que todos los tics de la extrema derecha corrompan corazones compungidos por la preocupación económica. A fin de cuentas, ¿quien dijo que la derecha tiene piedad?
Leer también este artículo de Gerardo Rivas titulado "El rencor de Aznar"
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