19 de mayo de 2010

POLÍTICA NACIONAL: PARA EL PP TODA CALUMNIA ES VÁLIDA

Los desmentidos de Rubalcaba y la persistencia de Cospedal

No hay ninguna otra área de la gestión de Gobierno que tenga un resultado tan brillante como la de Alfredo Pérez Rubalcaba en el ministerio de Interior. Esta afirmación no desmerece de otras gestiones importantes, a mi juicio, como la del ministerio de Igualdad, que dirige Bibiana Aído, y que, como le ocurre al titular de Interior, es objeto permanente de diatribas de la caverna mediática y sus terminales políticas. La obsesión por suprimir el ministerio que dirige Bibiana Aído tiene que ver con el desprecio a la importancia de la lucha por las políticas de género. Casi sin presupuesto, el ministerio de Igualdad ha conseguido que la sociedad española centre su mirada en cuestiones de género pendientes que hasta hacer poco eran temas puramente colaterales.

Desde el final del proceso de negociación con ETA que se cerró bruscamente con el atentado de la T-4 en Atocha, Alfredo Pérez Rubalcaba se ha centrado en la lucha antiterrorista, abandonado voluntariamente otras áreas de influencia política que sin duda estaban a su alcance. Su gestión global de la lucha antiterrorista ha dado excelentes resultados que se materializan en la dificultad de la banda para reorganizarse, para realizar atentados y para tomar la iniciativa. Además, el nivel de cooperación con Francia y también con Portugal es excelente. El número de comandos detenidos, la dificultad de reorganización de la banda y el control sobre sus actividades demuestran estas afirmaciones.

La política penitenciaria ha conducido a tener una excelente información del estado de ánimo de los presos de ETA; ahora se sabe como están las prisiones y que se cuece en ellas. Y el aislamiento social de los terroristas y de quienes les apoyan ha avanzado considerablemente, gracias, entre otras cosas, a la gestión del Gobierno de Patxí López con el apoyo del PP del País Vasco.

Con todos estos parámetros no es extraño que el PP se lance a la yugular de la gestión antiterrorista, porque como ha demostrado en otras ocasiones carece del más mínimo sentido de la lealtad y piensa que ahí también puede encontrar réditos. No hay patriotismo constitucional en los actos del PP relacionados con el terrorismo y ahora se mueve más en la órbita del pánico a que el Gobierno pueda salir beneficiado de resultados concretos en la lucha antiterrorista que a la excelencia de la gestión del ministro de interior.

En sus planteamientos insolidarios -cuya punta de lanza ha sido el ex ministro de Interior Jaime Mayor Oreja- ahora insiste en una supuesta nueva negociación con ETA en la que se le vuelve a dar más crédito a la banda terrorista que la gobierno.
El ministro de Interior ha desmentido formal y radicalmente cualquier posibilidad de un nuevo diálogo del PSOE -que incluye al PSE- con ETA, pero para el PP esto no es suficiente.

Aunque parezca mentira, el PP no desperdiciará la posibilidad de tratar de erosionar el Gobierno también en la lucha antiterrorista, con lo cual demuestra una vez más la falta de confianza en sus propias capacidades para presentar un proyecto alternativo al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Cada vez que existen circunstancias objetivas para retirar la confianza al gobierno socialista, un gesto más de la brutalidad política del PP convoca a muchos ciudadanos a apoyar a Zapatero como contrapeso imprescindible para evitar la llegada del PP al poder. Les ocurrió con la estrategia de la tensión en el año 2008. Ahora, bajo la irresponsable puesta en escena de todas las manifestaciones de María Dolores de Cospedal, para insistir en algo que no puede demostrar, siguen por le mismo camino. Probablemente no tienen otra forma de proceder porque está en su propia naturaleza. Y Cospedal, en estos temas, siempre es punta de lanza.

Artículo de Carlos Carnicero

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