Bush advirtió a Aznar de la autoría islámica al día siguiente del 11-M
Los papeles de wikileaks ya evidenciaron que ni siquiera el amigo de Aznar, el todopoderoso presidente de EEUU George W. Bush, compró la teoría de la conspiración, e inlcuso se impacientó por la fijación del PP y algunos medios afines por insistir en la autoría de ETA. Ahora el entonces embajador de España en Washington, Javier Rupérez, revela en un libro de memorias de su trabajo en la embajada que, al día siguiente de los atentados, recibió la visita de quien le advirtió de la autoría islamista.
Según publica este viernes El País, Rúperez recibió hacia la 13.00 del 12 de marzo -última hora de la tarde en España-, la visita de Bush, su esposa, Laura, y la secretaria de Estado Condoleezza Rice, para trasladarle el pésame.
Aznar lo supo
Según la narración de Rupérez, recogida en su libro "Memorias de Washington", Bush le desmintió la autoría de ETA. "Me dice que sus servicios le acaban de informar, y piensa ponerse inmediatamente en contacto con José María Aznar para decírselo, que posiblemente sean otros los autores y que no cabe descartar la conexión islamista". Rupérez se quedó desconcertado. Y más tarde pudo comprobar, "hablando con Moncloa", que el Ejecutivo del PP aún no tenía esa información. "¿La tenían nuestros servicios de inteligencia?" se pregunta.
Acebes insiste en la autoría de ETA
Poco después del encuentro, el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes, comparecía ante los medios para insistir en que ETA seguía siendo "la principal línea de investigación". Añadió además que ninguno de los países que colaboraban en la investigación tenían "datos fiables" de otras líneas de investigación que no fuera el terrorismo local.
Censura en TVE
Rupérez añade que medió en la entrevista que concedió Bush a TVE, que realizó Lorenzo Milá y que ésta fue censurada. En el libro asegura que no fue ofrecida íntegra por la cadena pública y recuerda que el propio Milá le llamó "desesperado" para que se interesara por la emisión. "Creo haber conseguido que se emitieran más trozos de los que originariamente estaban previstos, pero esas vacilaciones -¿qué televisión del mundo se negaría a emitir una relativamente larga y sustanciosa entrevista con el presidente de los Estados Unidos?- ponían de relieve el estado de putrefacción que, con los cadáveres de los atentados todavía calientes, conocía el cuerpo político español", escribe el diplomático.
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