POLÍTICA NACIONAL: LA DESVERGÜENZA DEL PP

Lean y juguen. Vemos que el olvido es norma en cierto partido, aunque aparezcan como corderitos en el funeral de otro inocente. Y la Iglesia, con los de siempre.


Los abucheos a ZP y los vítores a Rajoy y a Aguirre, consecuencia del caldo de cultivo de la infamia
(Enric Sopena: http://www2.elplural.com/politica/detail.php?id=15955) (3/12/07)

Ovacionaron y jalearon a Esperanza Aguirre, vitorearon a Mariano Rajoy y mostraron su apoyo a Francisco José Alcaraz. Abuchearon en cambio al presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, a quien injuriaron llamándole “traidor” y “sinvergüenza”, así como a los ministros presentes en el funeral de Estado oficiado por el guardia civil Raúl Centeno, asesinado en Capbreton (Francia), el sábado a media mañana. Aplaudieron también al Rey, probablemente porque tras su polémico exabrupto a Chávez lo consideran de los “suyos.”

Eran unas cincuenta personas las que protagonizaron tan repugnante aquelarre postfunerario. Altamente significativo, por otra parte. Se trataba de un grupo de exaltados militantes o simpatizantes del Partido Popular que ejercieron ayer de agitadores callejeros, modelo extrema derecha. Como lo hicieron ellos mismos u otros tipos semejantes a ellos, durante el acto de homenaje a los militares caídos en diversas misiones de paz, en el desfile de la fiesta nacional, el pasado 12 de octubre. Son de idéntico perfil a cuantos acuden a las manifestaciones de la AVT o a la de aquel matrimonio de militantes del PP que agredieron, o estuvieron a punto de hacerlo, a José Bono, siendo éste ministro de Defensa, y participante en la primera de las grandes movilizaciones impulsadas por Alcaraz.

A caer de un burro
¿Cómo no denigrar a Zapatero, si sus mayores, sus dirigentes y sus gurús mediáticos no han hecho apenas otra cosa, a lo largo de la legislatura actual, que poner a caer de un burro, insultándole sin límites, al presidente del Gobierno a cuenta de la lucha antiterrorista? Ayer mismo, en la COPE, el senador Cosidó –senador por Palencia- reclamaba que a las palabras de Zapatero después del atentado “les sigan hechos” y puntualizaba que el PP, en el combate contra ETA, “siempre ha estado donde está hoy”. Esta afirmación es, en realidad, un latiguillo extraído del argumentario genovés, que este joven senador debe de seguir, según todos los indicios, a pies juntillas. Ya había dicho una frase igual, 24 horas antes, y en la misma cadena de los monseñores católicos, Ángel Acebes. Naturalmente es otra de las inmensas mentiras que maneja sin rubor la derecha española. El PP no ha estado siempre, ni mucho menos, donde está hoy.

Con tesón indiscutible
Cosidó es un acreditado talibán que ejerce -con tesón indiscutible- su oficio en Libertad Digital, en la COPE y con frecuencia dominical, en el Diario Palentino. “Cuatro años más de ZP en la Moncloa pueden resultar catastróficos para nuestra convivencia”, sostiene Cosidó. El primer año del Gobierno Zapatero lo resumió de este modo: “Ocho años de rencor y uno de revancha”. El nombramiento de Gregorio Peces-Barba como comisionado para las víctimas del terrorismo permitió que el senador palentino del PP escribiera que era una forma de “amparar a los verdugos.” Cabría recordar otro de sus arrebatos neocon o, simplemente, cavernarios: “Los españoles y las víctimas hemos sido humillados durante el proceso de paz”.

Acoso y derribo
He aquí una muestra más del caldo de cultivo de la infamia, a partir del cual la derecha ha montado y desarrollado su estrategia de acoso y derribo contra Zapatero. Estrategia llevada a cabo con el impagable soporte de la jerarquía de la Iglesia española y con el visto bueno –sin duda- de Benedicto XVI y de su antecesor, Juan Pablo II. De modo que, coincidiendo con el asesinato del guardia civil Raúl Centeno, el recién designado obispo auxiliar de la diócesis de Madrid y portavoz de la Conferencia Episcopal, Martínez Camino, ha incorporado un mandamiento más al decálogo de los mandamientos ya conocidos. ¿Cuál es éste?.

Silogismo fácil
El nuevo mandamiento ordena que no se puede dialogar con los terroristas. “Una sociedad que quiere ser libre y justa –subrayó este clérigo integrista- no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político legítimo de ningún sector de la población, ni puede tenerla como interlocutor político.” El silogismo es fácil de entender. ¿Quién ha dialogado o negociado últimamente con ETA? El Gobierno Zapatero. Ergo, el presidente no quiere una sociedad “libre y justa”.

Ninguna voz en contra
Cuando durante más de un año el presidente Aznar procuró alcanzar un final dialogado para la lacra de ETA, la Iglesia católica dijo amén. No se oyó ninguna voz del episcopado en contra de aquel proceso de paz. Es más. El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, jugó un papel sobresaliente –a instancias del entonces ministro del Interior, Mayor Oreja- en el proceso dirigido por Aznar. Uriarte hizo de hombre bueno entre los representantes del Gobierno y los representantes de ETA en uno de sus encuentros.

¿Es un impostor Uriarte?
¿Es obispo Uriarte? ¿O es un impostor? ¿También es contrario a una sociedad “libre y justa”? ¿Vulnera este prelado el nuevo mandamiento pregonado por su colega Martínez Camino? ¿Por qué con Aznar en la Moncloa callaban los obispos cuando el Gobierno dialogaba con los terroristas y hasta un obispo se prestó a hacer de de mediador con ETA? ¿ Y usted qué opina, Sr. Cosidó, senador trabucaire?

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¿El PP, siempre en el mismo punto?
(Enric Sopena http://www2.elplural.com/opinion/detail.php?id=15925) (1/12/07)

Programa extraordinario en la COPE con motivo del atentado en Francia de ETA que ha costado la vida a un guardia civil, Raúl Centeno, mientras que otro, Fernando Trapero, se encuentra en estado de suma gravedad. Conduce el programa Ignacio Villa, director de Informativos.

Entrevista con Ángel Acebes. Afirma Villa con otras palabras que evidentemente no es hora de utilizar el retorno de ETA a la muerte. Y añade: “Ustedes nunca lo han hecho”. Puntualiza: “Pero lo cierto es que ustedes siempre han estado en el mismo punto”.

Contesta Acebes: “Sin ninguna duda. Lo único que se debe hacer es conseguir la derrota de ETA. Todos hemos de buscar lo mismo, donde hemos estado siempre”.

¿Siempre han ustedes estado en el mismo punto, Sr. Acebes? ¿Siempre ha estado el PP en el mismo lugar? ¿No hubo en este país una tregua de ETA, anunciada el 16 de septiembre de 1999 y prolongada durante 439 días? ¿No fue acogida esa tregua “indefinida” con enorme esperanza por el Gobierno de José María Aznar? ¿No ofreció Aznar “flexibilidad” y “generosidad” a ETA? ¿No movió presos? ¿No habló con HB? ¿No se reunieron representantes del Gobierno con los jefes de ETA? ¿No figuraba entre ellos Martí Fluxá, secretario de Estado de Seguridad con Mayor Oreja?.

¿No fue Martí Fluxá, que hace unos días avaló la posibilidad de dialogar con ETA, quien declaró en 1999 que el proceso debía terminar sin vencedores ni vencidos? ¿No señaló algo parecido, en aquel tiempo, Miguel Ángel Rodríguez? ¿No defendían con gran fervor los periodistas afines al PP , entre los cuales Pedro J. Ramírez, aquella tregua? ¿Cuál fue entonces la actitud del PSOE? ¿La prensa más cercana a la izquierda no cerró filas con Aznar y su tregua?

¿Existió, en realidad, aquella tregua? ¿Ha perdido la memoria el PP? ¿O es, más exactamente, un problema de desfachatez manifiesta? ¿Ustedes nunca han instrumentalizado el terrorismo en su favor, como vino a sostener claramente Villa? ¡Qué manera de mentir! Pero si siempre lo han hecho.

Lo han hecho desde cuando Fraga pregonaba, en el año 1985, siendo líder de la oposición, y cada vez que asesinaba ETA a un alto oficial del Ejército -lo que sucedía cada dos por tres- qué el resolvería el problema del terrorismo en nueve meses, hasta cuando Aznar, recién nombrado jefe del PP, así se lo advirtió a Corcuera, ministro del Interior: “Incluiré en mi agenda política desde la oposición la lucha contra el terrorismo”.

Más aún: en la manifestación por el asesinato de Tomás y Valiente, ex presidente del Tribunal Constitucional, Aznar achacó tal muerte a la ineficacia del Gobierno. Esto es cierto. Esto es verdad. Conviene recordarlo un día como hoy, un día aciago, cuando los criminales han vuelto a sus estremecedoras andanzas.