SOBRE DIFERENCIAS Y APTITUDES

Ahora que se acaban los meses de verano y vacaciones en los que el pueblo ha recibido a miles de personas que se fueron, empezamos la segura y estable rutina.
Para cerrar este pequeño paréntesis temporal, qué más certero que un breve análisis sobre la situación del pueblo, y más concretamente de algunos de sus “elementos”.

Para ello voy a contar con la diferencia con nuestro país vecino, Portugal, diferencias que no nos deben provocar envidia, como expresaba Goyi, si no afán de mejorar y de situarnos a su nivel en algunos aspectos que, de verdad, nos superan.

El principal de éstos es el cuidado de calles y demás elementos públicos. Dice Goyi en su post, y muy acertadamente, que los portugueses cuidan sus espacios públicos como para “tirarnos de los pelos”, de envidia, se sobreentiende. Pero si alguien todavía no entiende o no quiere entender esta expresión, quizá sirvan algunos ejemplos.

Algunas de las calles principales de nuestra villa están paupérrimas, con el mobiliario urbano destrozado. Miren ustedes, si tienen oportunidad, los bancos que hacen de límite en el parque de España, justo en frente del palacio de Justicia y del colegio de las monjas. Como ustedes pueden observar, no cabe en la imaginación cómo han destrozado dichos bancos. No sé si el botellón, allí situado tiene algo que ver, o, más que el botellón algunos individuos, que no sé que habrán hecho... puede que se hayan dado con la cabeza repetidas veces a modo de ariete.

Pero sigamos la ruta turística. Un poco más abajo, uno de los puntos informativos situados en el parque de las ranas está, en la actualidad, destrozado (tampoco sé que habrán hecho). Pero no dejemos esa zona. El parque de las ranas, y el de España también, tienen los parterres en muy malas condiciones, y eso que se han arreglado hace relativamente poco tiempo, al igual que la fuente. Y si de fuentes va la cosa, miren ustedes la fuente de la Playa, de principios del siglo XIX y una verdadera joya histórica; la fuente de los leones, cuyas bocas están llenas de musgo; la propia fuente del parque de las España, que lleva atascada años; o la fuente de Monroy, en la que habría que hacer una limpieza de su cubierta y protegerla de alguna manera.

Después vienen las señales y las papeleras. En cuanto a las primeras, de vez en cuando aparecen arrancadas de cuajo, teniendo el Ayuntamiento que colocar postes más gruesos, que pueden representar un peligro para los conductores, especialmente para los motoristas. En relación con las segundas, qué cabe decir. La mayoría están destrozadas, sin tapadera y huelen fatal. Posiblemente, y ésta es una sugerencia, se podrían sustituir por papeleras metálicas o de hierro, como en algunas partes del pueblo, y no de plástico.

Además de estos “detallitos”, nos quedan los contenedores, muchos saturados por insuficientes, conllevando esto a que las personas se vean obligadas a dejar la basura fuera.

Después quedan los baches y las aceras, muchas, en concreto en las calles principales, muy dañadas.

En conclusión, y volviendo al principio, puede que las diferencias entre las gentes de Marvao o Crato y las de Valencia de Alcántara se deban a un mayor sentimiento de comunidad y bienestar general, unido a un poco de civismo. Hace poco me causaba cierta impresión cómo en las Casiñas, un grupo de mujeres se acercaban y limpiaban los pilones que están al lado de la fuente. Hay que decir que en la campiña las calles están en mejores condiciones, no sólo por la falta de movimiento y de un gran número de habitantes, si no también por el cuidado altruista de los vecinos. Seguramente esto se deba por la cercanía de sus gentes con los portugueses..., porque aquí nada de eso se nota.

Estas pequeñas cosas se pueden arreglar con muy poco dinero por parte del Ayuntamiento, y, con la ayuda de todos los ciudadanos, podemos dar una imagen todavía más bella de nuestro pueblo.

Saludos y felices fiestas.