BALTASAR GARZON, CAUTIVO Y DESARMADO (Autor: Gerardo Rivas Rico)
El 23 de septiembre del año pasado escribí una carta abierta a Baltasar Garzón que fue publicada en este mismo periódico. Mi propósito inicial era darle ánimos para afrontar la querella que, por prevaricación en la causa que instruyó sobre las víctimas del franquismo, había admitido a trámite la Sala Segunda del Tribunal Supremo.
Pero a medida que me documentaba sobre los pormenores de la querella y de los protagonistas en el procedimiento e iba accediendo a nuevas informaciones sobre los magistrados, los querellantes y las demás personas e instituciones involucradas en la demanda, el olor a podrido se hacía cada vez más hediondo e insoportable y el deseo de animar al juez se trocó en la necesidad de advertirle sobre la que se le avecinaba.
Asociaciones de la más rancia ultraderecha, enlaces en las webs de estas organizaciones que conducían a la del “añorado” dictador -generalisimofranco.com-, vinculaciones con editoriales que publicaban libros de ex ministros franquistas y en cuyas ceremonias de presentación acudían implicados en el intento del golpe de Estado del 23-F o la constatación de que un magistrado de la Sala Segunda del Supremo hacía declaraciones elogiosas del “alzamiento nacional”, fueron algunos de mis descubrimientos.
Tal fue mi espanto ante el aquelarre involucionista que estaba -y sigue estando- dispuesto a acabar con la carrera del juez que pretendió asomarse a las fosas donde permanecen escondidas las víctimas de sus ancestros, que mi carta terminaba con las siguientes palabras: “Mi intención es la de advertirle del peligro que corre. Usted, que se ha enfrentado con innegable valentía a narcotraficantes, terroristas y dictadores está, ahora, en el punto de mira de una derechona presta a despedazarle. No se confíe, los anteriores enemigos no podían “utilizar” el Estado de Derecho para sus fines. La portavoz parlamentaria del PP ya se lo ha avisado: “Nadie, ni Garzón, está por encima de la ley”. Pero no lo dude, ellos sí.”
Hoy, cinco meses después, se han confirmado, desgraciadamente para Garzón, para las instituciones judiciales y para todas las personas con un mínimo de sentido democrático, los peores augurios que cabía presumirse con la admisión a trámite de la primera querella.
En este tiempo han conseguido amañar dos querellas más. La última, que ha sido presentada por el abogado de uno de los imputados en la trama corrupta -Gürtel- en la que, presuntamente, está implicado el partido que representa a la derechona de este país, tiene por objetivo -¡Oh casualidad!- dejar sin efecto todo lo investigado en relación con los presuntos chorizos de cuello blanco cuyas relaciones les permitió acudir a un simulacro de boda de Estado.
Sólo falta la sentencia condenatoria y, mucho me temo, que la acaba de firmar el coordinador de Justicia del Partido Popular, Federico Trillo-Figueroa, cuando ha señalado que el juez se halla en una “situación imposible” y que debe “reflexionar y meditar sobre su propia posición como juez” porque “no se merece esto la carrera judicial”. Ahora, sólo resta poner la condena en negro sobre blanco y rubricarla. ¡Y están deseando!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario