M.A.R. MUERTO (Autor: Rafael Fernando Navarro)
Miguel Angel Rodríguez (M.A.R.) es y será para siempre un EX-Secretario de Estado. No existe en la actualidad. Ha quedado reducido a un ectoplasma de valido de Aznar-Ana Botella que le otorgaron una ración de agradecimiento por la ayuda prestada en Castilla León para derrocar mediante calumnias al Presidente Demetrio Madrid. Y ahora ese ectoplasma de plasmas televisivos, ex-para-siempre, nos revela que los partidos nacionalistas son la única ultraderecha que queda en España. Ni Manos Limpias, ni Libertad e Identidad, ni Falange Española de las JONS. ¿Qué calificación política habría que asignarle a unos grupos que pretenden la destitución del Juez Garzón por el hecho de querer investigar los crímenes franquistas? ¿En qué lugar hay que situar a una Jerarquía eclesiástica que quiere seguir dominando las conciencias como lo hizo en el pasado? ¿Radica aquí la explicación de la alianza de Aznar con CIU y PNV? ¿Será que el centro-derecha fue y sigue siendo una derecha-derecha que divisa el centro como una ilusión óptica? ¿Tan en la extrema derecha estaba situado el Partido Popular que no tuvo reparos en gobernar apoyado en partidos nacionalistas, es decir, cimentado en la extrema derecha? ¿Cómo es posible que se le reconociera al propio Presidente del Gobierno el mérito de hablar catalán en la intimidad y se anatematice ahora el catalán como instrumento de enseñanza? ¿Sigue por esa pertenencia negándose a condenar abiertamente la dictadura franquista, votando en contra de la eliminación de aquellos símbolos que nos recuerdan, NO la historia de nuestro país como se pretende, sino un pasado inundado de sangre, de muerte, de libertades fusiladas?
¿Pertenece Juan Cotino a la más repudiable derecha cuando insulta a una diputada valenciana asegurando que no ha conocido a su padre? ¿Qué decir de Esperanza Aguirre cuando tacha de “hijoputa” a un compañero de partido y prefiere encumbrar a consejero de Caja Madrid a un miembro de Izquierda Unida? ¿Dónde está situado Juan José Güemes cuando desprecia la presencia sindical en cualquier negociación?
¿Sigue añorando Mayor Oreja la placidez del franquismo y proclamando que ETA y Zapatero forman una empresa temporal de gobierno? ¿Persiste María San Gil defendiendo que por lo menos con Franco teníamos paz? ¿Confirman Ignacio Cosido y Gil Lázaro su afirmación de que el Presidente Zapatero pactó con ETA el nombramiento de Rubalcaba? ¿Repetiría hoy Mariano Rajoy que Zapatero ha traicionado a los muertos?
¿En qué espacio político hay que situar al gobierno de José María Aznar, con Aceves, Zaplana, Estarloa, Trillo inyectando en vena falsedades al pueblo español y a organismo internacionales como la O.N.U. sobre la autoría del atentado del 11-M?
Lo afirma claramente Joseph Ramoneda en su artículo “La democracia y sus sombras” publicado en El País del 21 de Febrero. Dice hablando de la transición española: “hay sombras que vienen de un mismo defecto de construcción: haber querido convertir una amnistía –probablemente necesaria- en una amnesia”
M.A.R. no existe. Pervive sólo como ectoplasma de un Aznar redecorado de peinetas.
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