Tras la emocionante victoria de España en la final del Campeonato del Mundo de Fútbol, algunos quisieron celebrarla dándose un remojón en "nuestra Cibeles particular", la piscina. Esta vez si hubo control "supervisado" por parte de autoridades y servicios de protección civil, la ocasión lo merecía y las posibilidades de que hubiera otra estampida de gente hacia la piscina de La Charca, eran totales. Se controló, en lo posible, este nuevo modo local de celebrar los éxitos de nuestra selección nacional de fútbol y todo resultó bien.
Con un poquito de buena disposición por parte de unos y otros, sin necesidad de provocar desperfectos, se consiguió que la alegría del momento, no tuviera consecuencias desagradables para nadie. A quién tuviera la buena idea de dar esta permisivilidad en este acontecimiento festivo, gracias.
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