La Moncloa bien vale una ruina (Gerardo Rivas Rico)
De cada diez catalanes que han emitido su voto, sólo poco más de un catalán y medio ha decidido inclinar su voto hacia el Partido Popular en relación con las últimas elecciones autonómicas de 2006. Dicho de otra manera, el voto a este partido, de unos comicios a otros, ha pasado del 10,6% al 12,3%. No obstante este exiguo resultado, en las primeras declaraciones de la candidata por este partido a la presidencia de la Generalitat de Catalunya, Alicia Sánchez Camacho, ha manifestado que “hoy se ha demostrado que el cambio en España empieza con el resultado histórico del Partido Popular en Catalunya”.
Mariano Rajoy, por su parte, ha puntualizado al día siguiente de los comicios que “las elecciones catalanas confirman que la confianza en el PP sube al mismo tiempo que el descrédito de Zapatero”. A la vista de estas declaraciones de los dirigentes populares cabría preguntarse: ¿Está justificada, con estos resultados, la euforia del principal partido de la oposición en España? Pues, paradójicamente, habrá que contestar afirmativamente. ¿Por qué? Pues muy sencillo, porque el acceso de este partido a La Moncloa no pretende conseguirse conquistando al electorado con un programa alternativo pragmático, transparente, eficaz o ilusionante. No, de ninguna de las maneras.El Partido Popular aspira a gobernar asentando sus credenciales sobre los escombros del actual partido gobernante y, si esta opción se les resistiera, sobre los cascotes de un país minado, como todos los de su entorno -Reino Unido, Italia, Grecia, Irlanda, Portugal, etc.- por una de las crisis económicas más profundas que haya podido sufrir el mundo civilizado en los últimos siglos. Y si para ello tienen que desacreditar a su propio país, poniendo en grave riesgo su estabilidad ante las instituciones políticas, medios de comunicación o mercados financieros foráneos; pues se hace. La Moncloa, bien vale una ruina.
Ellos han realizado sus propios sondeos de opinión y han constatado que sus asuntos de corrupción o pésima gestión en los asuntos públicos, a nivel local o autonómico, tienen escasa repercusión si se mantienen firmes en acusar a Zapatero y al gobierno de la nación de todos los males que nos aquejan.
No importa que Gallardón haya endeudado a la capital del país a niveles de récord con opción al Guinness, que la presidenta de la Comunidad madrileña se halle envuelta en tamayazos, espionajes o financiaciones irregulares a través de extrañas fundaciones como Fundescam, que el presidente valenciano se vista con el dinero de corruptos y trinque hasta con la visita del Papa, que en Murcia se recalifiquen irregularmente millones de metros cuadrados, que al presidente de la Diputación de Castellón le toque la lotería en casi todos los sorteos que se celebran, que en Baleares su ex presidente Matas construya velódromos públicos al doble de lo presupuestado coincidiendo con la adquisición privada de suntuosos palacetes, que en Alicante se forren hasta con la basura, que la Secretaria General del partido acuse sin pruebas a policías y jueces de perseguirles con el caso Gürtel o que su Portavoz afirme que el Gobierno no facilita las cuentas públicas con datos fiables cuando los tiburones financieros están atacando las finanzas del país.
Estas bagatelas no les preocupan. ¿Que por qué? Pues porque Zapatero y su gobierno son los únicos culpables de todos los males que nos aquejan y hoy será Convergència i Unió quien los castigue pero, finalmente, ellos serán quienes recogerán los frutos para llegar a La Moncloa porque, además, los votantes de izquierdas están muy desilusionados y no se acercarán a las urnas. Es lo que hay.
Gerardo Rivas Rico es Licenciado en Ciencias Económicas
2 comentarios:
Hablando de politica nacional. Me han dicho por ahí que está sonando en los mentideros políticos nacionales el nombre del buen amigo y presidente Guillermo Fdez Vara, como sustituto de ZP...¿ qué os parece?
No le aconsejo a mi buén Guillermo que aceptase, no está la cuestión para ello, se han cometido demasiados errores por parte del sr. Zapatero y mi buén Presidente tendría que comerse muchos marrones, eso si ganase las elecciones claro.Si acepta creo que sería un cadaver político.
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