8 de mayo de 2008

" EDITORIAL "

Me gustaría dejar aquí algo que leí ayer en la primera página del "Valbón" del presente mes en el apartado "EDITORIAL"
Con nuestra recia sinceridad, la castúa, la rayana, la heredada de una raza sufrida, que muy pocas veces se manifiesta a nivel de tribunas y palestras, usamos el vocablo "PARLUCEO" para definir el mucho parlar de los que creen que con el bla-bla-bla se enaltecen ante las masas y usan la verborrea (diarrea de palabras) porque creen que así las conquistan y las convencen.
Y acertamos, porque "parlucear" es no decir nada hablando mucho, y, claro está, para los ignorantes, tan fácilmente conquistables, ese sistema es "un don" de privilegiados, mientras que para los sectores intelectuales no es más que un ridículo proceder.
Se utiliza mucho ese método entre políticos mediocres o seudopolíticos, ya que éstos basan sus méritos personales en lo ficticio y "le dan a la lengua" como arma defensiva porque otra no tienen dada su ineptitud.
Y es que la gente sin base cultural alguna, alaba lo que llaman "bien hablado" sin analizar el contenido de lo parlado, lo que causa pena por dejarse llevar de apariencias sin apreciar que el "parluceo" se presta a todo, desde la mentira y el enredo hasta el más fácil engaño.
Causa alegría, por el contrario, que al escuchante culto le provoque risa, e incluso indignación, tan falsa dialéctica o recurso absurdo, esto es, el de "parlucear" sin ton ni son, sin solidez, y con solo los fines de pavoneo, presunción o protagonismo.
Y yo añado, "Hay personas que hablan y hablan... hasta que encuentran algo que decir.
Saludos

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