Boda de Reyes y de Princesas

Hablar de la Boda Regia 2008 sin felicitar a D. Cándido Moreno, como responsable máximo y al equipo que participó en su organización, es, seguramente un acto de ingratitud.

Por eso, empiezo por felicitar a todos por el coraje que tuvieron al cambiar la ubicación del evento para el castillo. Quedó claro que es el local más apropiado para hacer este tipo de festejo, ya que el entorno tiene todo que ver y, además, hay espacio más que suficiente para todo el tipo de actividades que, hasta la fecha, se han llevado a cabo. No me parece razonable que, en vistas del éxito obtenido, la Boda Regia vuelva a salir del castillo de Valencia de Alcántara. A ver, vamos.

Decir también que si la Boda que festejamos, la celebrada en 1490, fue una boda política, la Boda Regia 2008 también lo fue y mucho. Estuvieron toditos, menos los insignificantes, que, como el propio nombre indica, no tienen peso específico. Éxito rotundo para el Gobierno de Valencia de Alcántara.

El último día, nos visitó la Princesa. La verdadera Princesa de Valencia de Alcántara. Y, vi algunos, de los que tanto la criticaron y siguen criticando, babosos a sus píes, en repugnantes actos de falsedad y cinismo. Pero, como me ha dicho la Princesa, el tiempo se encarga de poder todo en su lugar. Y lo hará, seguro.

Como sabéis, esta Boda constituyó para mi otro desafío. Es hablando de ese desafío que quiero terminar: agradeciendo a todos los que pasaron por la Taberna de D. Manuel, y a todos los que colaboraron para que ella haya funcionado: a Juan Calderón, por cuidadoso y empeñado como en todo lo que hace, a los funcionarios del Ayuntamiento por su preciosa colaboración, a Andrés, sin el cual la taberna hubiera andado bastante perdida, a Manolo Bravo Plata, porque siempre está dónde debe estar un Amigo… a Manolo de Artesanos, a Julio de la Peña, a Manolo del bar del Castillo, etc. etc.

La última palabra es para dos grandes mujeres: Fefi y Irene, que entran incondicionalmente en todos los barcos dónde me meto. Ellas son las mejores, sin duda.
Y cuando una hija te saca las mejores notas de su colegio en los exámenes nacionales, abdica de ir a la acampada que lleva esperando meses y donde están todos sus mejores amigos, para ayudar a sus padres en esta aventura, solo me queda decir una cosa: es la mejor hija del Mundo Mundial. Y punto.